miércoles, 18 de octubre de 2017

FOURNETTE, CON LOS JAGUARS SOBRE SUS HOMBROS



Os cuento un pequeño secreto de nuestra web. Cuando la jornada del domingo se está disputando, Marco y yo vamos decidiendo los MVPs según lo que vemos cada uno, proponemos jugadores a medida que van logrando cosas y terminamos escogiendo a uno. Algo parecido hacemos con El drive de la Semana y con mi artículo escrito, salvo esta vez.

Desde el jueves de la pasada semana, ya sabía de qué quería escribir y Marco, el jefe de todo esto, me dio su visto bueno. Lo tenía claro porque, el protagonista de hoy, es un jugador de esos que no pasan inadvertidos, de esos que son amados y odiados a partes iguales. Yo no soy objetivo aquí, porque desde el primer hand-off que le vi, en su LSU, quedé absolutamente enamorado.

Ya sabéis de quien os hablo, de Leonard Fournette.


ST. AUGUSTINE HIGH SCHOOL

El chico ha tenido todos los focos apuntando hacia él desde que era un niño. En su instituto, Fournette era un gran atleta. Su velocidad le hacía ser uno de los chicos con mejores marcas del país en los 100 y 200 metros, pero lo que realmente hacia bien era correr con un balón de football en las manos.
En su año freshman, Fournette corrió para más de 2500 yardas y 30 touchdowns. Esa mezcla de físico, potencia y velocidad, le hacían ser una "rara avis" dentro del football escolar.
Fue reconocido como mejor runing back de todos los Estados Unidos y, ante la avalancha de peticiones, decidió entrar en el programa universitario de LSU.

LOUSIANA STATE UNIVERSITY

El hype con un jugador así es lo que puede hacer que un chico tan joven pierda la cabeza y se desplome. Tras su primer partido con la camiseta de LSU, muchos lo pensaron. Error.
Fournette, como ya he dicho, es especial. Su debut se produjo contra Wisconsin y los Badgers lo dejaron en 18 yardas en ocho intentos de carrera. Pero esto no es cómo empieza, si no cómo acaba.
En su año freshman, Fournette acabó con más de 1000 yardas de carrera en 13 partidos y con 10 touchdowns en su haber.

En su segundo año universitario, pudimos ver a un dominador absoluto del juego. Consiguió 1953 yardas de carrera y 22 touchdowns en solo 11 partidos. Era, sencillamente, imparable.

El tercer curso en su universidad fue raro. Las lesiones, y una aparente dejadez, pusieron en entredicho a un jugador que había demostrado estar preparado para los profesionales. Mucho se habló de sus defectos. Se decía que no era capaz de leer gaps, si no que atacaba sin pensar. Se dijo que no tenía manos para recibir y que no podría aguantar ese juego tan duro contra jugadores mas hechos en el plano físico. Incluso se hablaba de que no podría adaptarse a varios esquemas de carrera.

Lo siento mucho, pero en estas seis semanas, Fournette ha tirado al suelo todos estos prejuicios.

JACKSONVILLE JAGUARS

Los Jaguars eran el objeto de todo tipo de chanzas y chistes, algo que ellos mismos se habían ganado por derecho propio. Todos los años drafteando buenos jugadores, contratando bien en la Agencia Libre, pero cero resultados a la hora de la verdad.

Además, su quarterback era la diana de todas las críticas. Un número tres del draft que había ido jugando cada vez peor, hasta ser considerado como el peor quarterback de toda la liga en solo tres temporadas como titular. Algo tenía que cambiar y ese algo tenía nombre y apellidos.

Con la llegada de Doug Marrone y de Tom Coughlin, el cambio radical en ataque estaba cantado. Ese excesivo juego aéreo debía ser erradicado y no exponer tanto a un quarterback que estaba sufriendo en cada snap. Cuando les llegó el turno de elección en el draft, lo tuvieron claro, su hombre no podía ser otro que Leo Fournette. Él sería la pieza que cambiaría el ataque. El rookie compartiría protagonismo con la otra estrella ofensiva del equipo, Allen Robinson.

Pero Robinson cayó lesionado en la primera jornada y no va a volver en todo el curso, así que serían los hombros de Fournette los que tendrían que aguantar el peso de ese ataque. Y, hasta ahora, no va mal la cosa.

Todos sabíamos que en formaciones Pro (con el quarterback debajo del center y en formaciones en I), Fournette no tendría problemas. Esa mezcla de potencia y velocidad lo hacen imparable una vez que encuentra la ventana abierta. Siguiendo lead blocks es un tren. Ataca el gap con muchísima fuerza y, una vez que atraviesa la línea de scrimmage y alcanza el segundo nivel, es muy complicado de placar. Si va en velocidad, va a hacer fallar muchos tackles a la secundaria, ya sea por velocidad o por fuerza. Además, su spin move le convierte en una bola de demolición. Choca con el defensor, gira sobre sí mismo y busca al siguiente hombre para volver a chocar.


Todas estas situaciones con el quarterback debajo del center, ha posibilitado el play action, algo esencial para abrir líneas de pase a Bortles. Ya no es tan necesario forzar pases porque la defensa está muy pendiente de las carreras del running back rookie. Cuantos más hombres haya en la caja, menos habrá defendiendo otras zonas.

Pero no solo es capaz de ganar yardas en situaciones de power run. Cuando su equipo juega en zona o desde shotgun, sobretodo en split zones, sabe leer el gap que se cierra y buscar el cutback para atacar el agujero en la línea defensiva. Es cierto que no le vimos mucho en este tipo de acciones en la universidad. Parecía que los cutbacks no los terminaba de leer de manera óptima, pero, aquí, con los profesionales, le vemos jugar esos cortes con mucha más frecuencia, lo que nos hace ver la capacidad de mejora que posee, así como su cantidad de registros en un emparrillado.


También se habló mucho de sus malas manos, algo que nunca terminé de entender. No voy a decir que pueda correr rutas como si fuera David Johnson, pero es de gran ayuda en checkdowns y en RB screens. Sus manos pueden atrapar pases y su velocidad a campo abierto es muy importante para darle una salida rápida a su quarterback. Hasta el momento, ha recibido 15 pases para un total de 136 yardas y un touchdown. No es su tipo de juego, pero, si hay que hacerlo, no tiene problemas en salir a recibir.


Es muy evidente a lo que juegan los Jaguars. Carrera, carrera y más carrera. Esto lo saben todos los equipos de la liga y es algo que no va a cambiar. Al menos este año. El juego aéreo no parece tener peligro y los rivales empiezan a situar hasta ocho hombres en la caja para cerrar cualquier tipo de hueco que pueda encontrar Fournette para acarrear el balón. Aún con todo esto, el rookie promedia 4'6 yardas por intento en 130 carreras. Lleva 596 yardas terrestres y 6 touchdowns, con muchos golpes y con mucho castigo físico, pero no parece que vaya a parar.

La defensa de los Jaguars es el gran activo de la franquicia y empieza a ser temible. Su juego terrestre, con Fournette a la cabeza, le permite al equipo ofensivo mantener la posesión de balón, consiguiendo así que sus compañeros defensivos descansen en el banco para poder seguir rindiendo a ese nivel. Es decir, si ese juego de carrera cae, es muy posible que el castillo se caiga con él. Por eso es tan importante Fournette. Por eso sus actuaciones son vitales. Por eso, sigo perdidamente enamorado de él.


Después de ver este último vídeo, ¿cómo no estarlo?

Rubén Ibeas
@rubenibg

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